Ivan Polanco
Dr. en Estudios del Desarrollo Global
Siempre que termina el año hay la esperanza de que el próximo será un año mejor, es lo que muchos queremos pensar para evitar caer en la depresión contante que nos genera la falta de atención, la falta de rumbo, la falta de ideas y sobre todo la falta de cambios que permitan revertir la tendencia negativa que se vive hasta ahora.
2014 no es la excepción, considerando que cerramos el año con:
- Una depreciación del peso impresionante no vista desde finales de 2008 y principios del 2009, año en que se presentó la crisis económica. Tomando en cuenta que somos un país altamente dependiente de las importaciones de alimentos, tendremos alimentos más caros y su consecuente impacto en los precios al consumidor.
- La inflación ha llegado a índices más allá de los planteados a finales del 2013, es decir, se proyectó un 3% y ahora estamos rondando en el 4%. Esto ha generado que al cierre del año no solo rebasaremos lo proyectado sino también el mismo 4% en el cual cerro la inflación en el mes de noviembre, generando subidas en los alimentos como el jitomate que ya está a precios mayores de $30 por kg.
- El precio en el barril de petróleo está a niveles tan bajos no vistos desde hace muchos años, lo que generara una disminución de los ingresos fiscales. Reflejandose en un posible recorte del presupuesto, y en particular al sector agroalimentario.
- Crecimiento de la violencia y del autoritarismo del Estado.
- Incremento de los guetos en los Estados, los gobernadores y presidente municipales siguen impulsando obras intrascendentes a través de deuda pública.
A veces, lo que se necesita son soluciones simples que por su simpleza resultan dudosas, pero el sector agroalimentario y diversos sectores necesitan:
- Priorización de atenciones, definición de objetivos y metas claros, sencillos y precisos.
- Austeridad en el ejercicio presupuestal y reorientación de los ahorros hacia programas y proyectos productivos.
- Reorientación del ejercicio presupuestal hacia la agricultura familiar y hacia la pequeña y mediana agricultura.
- Acceso a créditos con tasas de interés diferenciadas y competitivas.
Pero a finales del 2015 seguiremos esperando que el 2016 sea mejor y seguiremos embozando la esperanza de que el siguiente año tendremos un año mejor. Lo que genera únicamente que la suma de los años terminen el sexenio y se pierda un lustro, una década y muchos años más pensando que algún gobernante modificara las condiciones para sentar el tan esperado crecimiento económico y su impacto entre la gente.
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